Tras la Segunda Guerra Mundial, Francia quiso recuperar su poder y control sobre sus colonias. La presión que ejercieron, junto al orgullo nacionalista, hizo acelerar el desmorone colonial a nivel global.
Independencia de Vietnam
Desde finales del XIX, con las campañas imperialistas europeas, Vietnam había sido ocupado por Francia bajo el nombre de Indochina Francesa. Francia ocupó toda la zona, inicialmente con emperadores títere junto con un gobernador hasta la aparición de Japón en la escena a mediados de 1941, en el marco de la Segunda guerra Sino-japonesa. Cuando Japón entró en la Segunda Guerra Mundial ocupó todo el sudeste asiático, que hasta ese momento habían sido colonias británicas, francesas y holandesas.
El boomerang patriótico
Los vietnamitas nunca aceptaron de buen grado esa ocupación y se resistieron desde el principio. Una de las cosas que trajo Francia a Vietnam, aparte de infraestructuras, fue un sistema educativo occidental. Eso era una arma de doble filo. El sistema educativo de finales del XIX y principios del XX estaba sumamente politizado por ideologías nacionalistas. Tras esa inmersión en los valores nacionalistas, sumado a la antipatía hacia los franceses, solo lograron crear un nacionalismo vietnamita al más puro estilo europeo.
Igual que pasó en Japón o en la China, crearon generaciones enteras de vietnamitas educados bajo los valores de la patria y el nacionalismo. Uno de esos estudiantes anticolonialistas y nacionalista fue un joven que pasaría a la historia bajo el nombre de Hồ Chí Minh. Sería el hombre que lideraría la revolución comunista y de independencia de Vietnam hasta el día de su muerte.
Antes de la Segunda Guerra Mundial
Inicialmente, muchos vietnamitas vieron la entrada de Japón como el actor que expulsaría a los franceses occidentales y les daría la independencia. Pero rápidamente vieron que solo salían de la sartén para caer a las brasas. Los japoneses causaron enormes hambrunas en el país con decenas de miles de muertos. Si querían la independencia solo la podían tomar por sus propias manos.
Los vietnamitas ya tenían a sus espaldas medio siglo de ocupación colonial, con Francia. Medio siglo de educación nacionalista y acumulando odio hacia los franceses y los que ellos consideraban invasores. Para ese entonces, Hồ Chí Minh ya había creado el Viet Minh, el movimiento revolucionario para lograr la independencia de Vietnam, una organización guerrillera de ideología comunista y nacionalista.
Extraños compañeros de fatigas
Durante la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses buscaban aliados en Asia para debilitar a los japoneses y encontraron a Hồ Chí Minh y a su guerrilla socialista. Rápidamente el Viet Mihn y el servicio secreto de los Estados Unidos, llamado OSS, se aliaron para combatir al enemigo común. Estados Unidos enviaba armamento y material a los rebeldes vietnamitas y los instruía en el uso de las armas y en la guerra de guerrillas. Los vietnamitas volvían a creer que los EEUU los liberaría del yugo franco-nipón.
El colapso del imperialismo
Los Aliados esperaban que Francia y el Viet Mihn llegasen a un acuerdo. Mientras eso ocurría se decidió dividir el país en dos jurisdicciones administrativas, la del norte estaría administrada por la República de China y la del sur por el ejército colonial británico. Lejos de llegar un acuerdo, se iniciaron tiroteos y disturbios entre franceses y vietnamitas en las calles. Estados Unidos también se sentó en la mesa como un moderador. Claramente los vietnamitas rechazaban de forma activa la presencia militar de franceses, británicos, chinos y americanos.
Francia no podía permitirse la humillación de salir corriendo de Vietnam. Por lo que no dudó en mandar al ejército colonial a tomar el control del territorio. Querían dejar de depender del ejército británico y demostrar que ellos mismos eran capaces de controlar la situación. No tuvieron problema en ocupar todas las ciudades hasta el norte, donde sustituyeron a los chinos. Francia volvía a tener el control de Vietnam prometiendo más autonomía.
El inicio de la revolución
El Viet Minh, con la paciencia agotada, empezó la revolución socialista por todo el territorio. Dejaron atrás la lucha puramente nacionalista iniciando una revolución comunista para lograr la independencia. Eso dividió a la sociedad vietnamita ya que muchos no toleraban que se matasen a otros vietnamitas solo por no ser comunistas. La revolución había comenzado. Cuanto más presionaban los rebeldes más tropas francesas llegaban desde Francia y el resto de sus colonias. Muchos vietnamitas anticomunistas prefirieron luchar junto a los franceses para detener la revolución a la vez que deseaban la independencia de su nación pero no a ese coste.
El auge socialista en Asia
A nivel mundial, en el año 1949 la Unión Soviética se consolidó como potencia nuclear. En China las cosas tampoco iban muy bien para Occidente. La República de China caía derrotada frente a los comunistas y se iniciaba la revolución socialista en China a manos de Mao Zedong. También en otros países vecinos estallaron revueltas socialistas, como Birmania o Malasia. En Camboya hubo también una sangrienta revolución a finales de los ‘60. En resumen, hasta finales de los años 60 el comunismo parecía imparable una vez se iniciaba.
A pesar de odiarse, China accedió a facilitar armamento, entrenamiento y material a las guerrillas de Hồ Chí Minh convirtiéndose en su mayor aliado frente a los franceses. La Unión Soviética también ayudó a las guerrillas en todo lo que podían para lograr la fidelidad de los vietnamitas e influencia sobre el territorio.
EEUU rompe su silencio
Tras la caída de China, EEUU se vio en la siguiente dicotomía: si quería mantener su rol como potencia mundial debía tomar parte en el conflicto asiático. Lejos de mandar tropas, el presidente Truman aprobó un plan de ayudas de millones de dólares para los franceses. Donde EEUU sí que tuvo un papel activo contra el comunismo fue en la Guerra de Corea (1950-1953).
A la vez que el mundo miraba la guerra en Corea, tanto China como EEUU actuaban con discreción. Los chinos entrenaban a los vietnamitas para formarlos como soldados modernos mientras que los americanos empezaron a enviar apoyo logístico a los franceses y unos cuantos asesores militares con el fin de enseñar a usar ese material. Ese fue el primer paso en el cenagal. Cuanto más duraba la guerra en Corea, más material enviaba Truman a Vietnam.
Los americanos, apoyando a los franceses que luchaban contra los comunistas, se ganaron el odio de muchos vietnamitas que odiaban a los franceses. Esa delicada situación solo conseguía que mucha gente sintiese simpatía por el Viet Minh. Era un momento sociopolítico con un millar de matices. La misión de los americanos se convirtió en convencer a los vietnamitas que su causa era tanto luchar contra el comunismo como contra su desigualdad social como colonia.
La decadencia de Francia
Para 1953 Vietnam ya llevaba casi setenta años de lucha. La población francesa cada vez estaba más en contra de la guerra al conocerse las brutales prácticas del ejército colonial sobre el campo vietnamita. Hacía menos de una década que ese horror se había repetido en su casa.
La guerra en Corea finalizó a mediados del 1953, el pacto al que se llegó fue restablecer las fronteras del Paralelo 38 anteriores a la guerra. Los dos bandos se declaran ganadores de la guerra para justificar el gasto de vidas humanas y militar que fue de más de un millón de muertos. Ahora los Estados Unidos podían poner su foco sobre el nuevo objetivo: Vietnam, donde llevan cuatro años mandando miles de toneladas de material.
Dien Bien Phu
En 1953 los franceses estaban agotados y accedieron a negociaciones de paz en Ginebra. Para ambos bandos era importante poder negociar desde una posición de fuerza por lo que decidieron crear grandes ofensivas para asegurar su posición.
La opción de los franceses pasó a la historia bajo el nombre de Dien Bien Phu. Era una aldea muy fortificada al noreste del país a la que se pretendía atraer a los rebeldes para obligar a retirar tropas del campo de batalla y trasladarlas al norte. Lo que románticamente se conoce como, una batalla final.
La fortaleza estaba situada en un valle rodeado de montañas con una densa jungla. Confiaban en que su artillería y su apoyo aéreo frustrarían cualquier ataque vietnamita. El ejército francés puso todo el orgullo y soberbia que le quedaban en esa fortaleza y a pesar de llevar casi ocho años en guerra siguieron subestimando a su enemigo.
Los generales rebeldes vieron su oportunidad e hicieron posible lo que los franceses creyeron imposible. Desmontaron 200 piezas de artillería, las transportaron a pie por la selva pieza por pieza y rodearon el valle con cincuenta mil soldados ocultos.
En 1954 empezaron a sitiar el valle con la artillería desde las montañas dejando a las tropas francesas atrapadas bajo una lluvia de artillería constante. Viendo el desastre, el gobierno francés le pidió al presidente Eisenhower que interviniera de forma activa en la guerra para salvar la situación, a lo que el presidente se negó junto a sus aliados europeos. El propio Eisenhower sabía que no había forma alguna para la victoria en un escenario bélico de guerrillas. A pesar de esto, mandó más material de forma clandestina para ayudar a los soldados sitiados. Tras más de 2.000 muertos y muchos más heridos, las tropas francesas del valle se rindieron. Se calcula que el Viet Minh perdió cerca de 4 veces más.
Fuentes:
Fontana, Josep. Por el bien del imperio. 2011
Tuchman, Barbara. La marcha de la locura. 1984
Judt, Tony. Postguerra. 2005
