Benito Jerónimo Feijoo escribió en sus “Cartas eruditas, y curiosas“, una de las obras más leídas del siglo XVIII, una serie de textos en los que responde a curiosidades sobre personajes, sucesos, milagros e incluso costumbres. Una de ellas, a la que dedicó la “Carta XIV”, fue a la de la “costumbre de brindar”, y empezaba tal que así:
MUY señor mío, soy tan poco aficionado á noticias Genealogicas que no he dedicado ni un quarto de hora en toda mi vida á inquirir el origen de los Feyjoós vea V.md. quan lexos avré estado de aplicarme á investigar el origen de los Brindis
A pesar de que el texto arrancaba con esta excusa, finalmente, el padre Feijoo, quiso satisfacer a su lector curioso sobre el origen de los Brindis. Según él, hay dos puntos a tener en cuenta para profundizar:
- El origen de la VOZ
- El origen de la COSA
¿Por qué se dice “brindar”?
El origen de la voz “Brindar” podría tener tres orígenes, el primero, es el flamenco, más el significado inmediato de la voz holandesa sería algo así como “llévatelo” o “te lo llevas”. El segundo sería del alemán, de la palabra “bringhen” que significa “traer o llevar”, un significado muy similar. El tercero sería del latín, una derivación del verbo “propinare”, que viene también a significar lo mismo (de propinare vendría propino/broino y de ahí brindo).
El padre Feijoo al respecto de estas voces añade:
Verdaderamente los Alemanes (…) siempre serían acreedores á que les adjudicase á su idioma por razón de el y materia sobre que cae pues ninguna otra Nación menudea tanto los brindis como esta.
¿Desde cuando se brinda?
En cuanto a la cosa significada no puede negarse que es antiquísima; pues ya Suetonio en la vida de Tiberio habla de la costumbre de brindar, no solamente admitida entre los Romanos, ya que también era practicada mucho antes por los griegos, muestra de esto son los textos que se refieren a Alejandro Magno cuando, cenando en la casa de Medius , dedicó un brindis a sus invitados:
Cum Alexander apud Medium Thessalum cœnaret, adessentque viginti in symposio, omnes provocavit, ab omnibus pariter accipiens
Y es precisamente en la antigüedad donde podría estar el origen de brindar con vino. Pues era común que en las libaciones que se ofrecían a los dioses se utilizase vino, a veces vertiéndolo sobre el sacrificio y otras ofreciéndolo a los sacerdotes (según el culto).
No obstante, hay que matizar, que aquellos brindis de la antigüedad clásica (como el citado de Alejandro) eran diferentes. La costumbre era la de llenar la copa, beber primero y ofrecer su copa a otro para que continuase bebiendo. De aquí derivaría la de incitar al invitado a beber de su copa, bebiendo primero el anfitrión, un ritual mucho más higiénico y adaptado a una sociedad más urbana.
A su salud
Jerónimo Feijoo, en su afán por explicar bien el término, también analiza la costumbre de “brindar por la salud de xxx”. Según el religioso benedictino, la costumbre vendría de entremezclar la costumbre religiosa con la cívica y, al alzar la copa el anfitrión para incitar a beber a sus convidados, repetía una invocación a “Júpiter Conservador”; como forma de atraer la salud corporal.
