Una pregunta habitual cuando hablamos de Guadalajara es: ¿Esa ciudad tiene algo? ¿Hay algo interesante que ver? La respuesta es un rotundo sí. Pese a que es una localidad conocida por estar próxima a la capital, comenzó su historia como emplazamiento en la época Antigua, sin embargo, su importancia crece ya en época califal, siendo un asentamiento defensivo.
Breve historia de Guadalajara
A finales del siglo XI, durante el reinado de Alfonso VI la ciudad pasa a ser parte del Reino de Castilla. A lo largo del periodo medieval, la ciudad crecerá y albergará grandes casas Nobiliarias, como es el caso de la familia Mendoza, la cual adornará la mayor parte de los edificios de la ciudad a su gusto.
Aunque el asentamiento de esta familia data del siglo XV, su estrecha relación con la familia real proporcionó a Guadalajara un estatus especial dentro de las ciudades castellanas, siendo una de las sedes de las que disponía la corte durante el Renacimiento.
Tras la llegada de los Borbones, Guadalajara albergará parte del poderío industrial castellano, teniendo en sus proximidades la Real Fábrica de Paños. Su importancia histórica a partir del siglo XVIII tendrá un carácter militar, albergando la Academia de Ingenieros, sin dejar al margen su pasado militar, durante el siglo XX, la provincia tendrá que vivir en 1937 una de las batallas más cruentas de la Guerra civil española.
En la actualidad, Guadalajara es una localidad con una población de 85.000 habitantes, situada en un lugar estratégico, con gran importancia histórica, cultural y gastronómica.
1. Palacio del Infantado
Este edificio es uno de los más representativos de Guadalajara, la mezcla de estilos Mudéjar y gótico isabelino va a hacer este palacio único.
El palacio es otra muestra más del poderío de la familia Mendoza. En su patio interior se representan leones y grifos, con la intención de resaltar la influencia casi regia que llegó a tener la familia entrada la Edad Moderna.
En la actualidad no solo muestra la influencia de aquella familia en la corte castellana, sino que se utiliza para albergar el Tenorio Mendocino, una representación de Don Juan Tenorio, obra de José Zorrilla. Este evento fue declarado en 2010 como fiesta de interés turístico regional.
El interior del Palacio tiene un museo en el que se nos cuenta la historia de la familia Mendoza a través de cuadros, objetos destacados y diversas representaciones, todo ello para darnos una visión global de los Mendoza a lo largo de las Edades Media y Moderna, junto con su influencia en Guadalajara.
2. Palacio de la Cotilla
Edificación datada del siglo XVI, su portada modernista delata la edad de esta construcción. El patio interior fue edificado por Lorenzo Vázquez en 1500.
El palacio es interesante ya no solo por su calidad arquitectónica, sino por que tiene una sala en la que las paredes están decoradas con papel de arroz chino. Esto es excepcional, puesto que en china quedan pocos ejemplares de este papel. En Europa solo las podemos encontrar en la capital austriaca y en este Palacio de la Cotilla. Esta sala estuvo pensada para realizar espectáculos y ceremonias del té.
Aparte del conocido como Salón Chino, este palacio destina una sala a Antonio Buero Vallejo, donde vemos fotos familiares e incluso una reproducción de su propio despacho. Podemos destacar que este espacio recorre no solo la historia de España, sino del mundo.
3. Panteón de la Duquesa de Sevillano y Condesa de la Vega del Pozo
Este monumento funerario, edificado a finales del siglo XIX, se pensó para guarnecer los restos de la familia de la duquesa de Sevillano en los territorios de su propiedad, el estilo neoclásico de su interior hace de este edificio uno de las construcciones funerarias más bellas del siglo XIX español.
El edificio no está aislado, sino que la intención es que estuviera en torno a jardines y huertos de la familia, en las inmediaciones destacamos el centro benéfico de niños de Guadalajara.
María Diega Desmaissières, duquesa de Sevillano y condesa de la Vega del Pozo, fue conocida por su bondad y generosidad con las gentes de Guadalajara, se cuenta que, debido a la crisis económica que azotaba el país en los últimos años del siglo, la condesa mandó destruir en diversas ocasiones las edificaciones que estaban bajo su cargo para no dejar sin sustento a los peones que venían de Guadalajara y alrededores.
4. Fuente de San Francisco y Cripta del Infantado
Este antiguo monasterio ha tenido un turbulento recorrido por la historia, fue sede de los caballeros templarios en Guadalajara hasta la supresión de la orden en 1314, en este mismo siglo sufrió un incendio, a partir de este momento la familia de los Mendoza se hizo cargo de su reconstrucción, puesto que eligieron este lugar para situar su propio panteón familiar.
El recinto funerario tuvo el objetivo de imitar la cripta de los reyes de El Escorial, de hecho los materiales y la forma en la que está construida son similares a la cripta escurialense.
Posteriormente, durante la Edad Contemporánea, el monasterio fue utilizado como cuartel militar y caballerizas, mientras que el panteón fue saqueado durante la Guerra de Independencia por las tropas napoleónicas.
5. Concatedral de Santa María
Por último, debemos destacar esta iglesia medieval, cuyo origen data de los siglos XIII-XIV. El paso de los siglos junto con las sucesivas remodelaciones ha producido algo realmente interesante, la mezcla de diversos estilos arquitectónicos.
El elemento más importante a destacar son los dos arcos de herradura que hacen de la portada el elemento más exótico de la edificación.
En su interior debemos destacar el retablo de Fray Francisco Mir, realizado en 1624, junto con los sepulcros de otro Mendoza, en este caso Alonso Yáñez de Mendoza.
Agradecimientos a La Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Guadalajara.
