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«Cerro Rojo» El juicio del siglo para la II República Española

La causa por los prisioneros del Cerro Rojo ¿Propaganda o nueva justicia?

A finales de enero de 1937, Enrique Líster dirige personalmente un demoledor ataque sobre el Cerro de los Ángeles en el cual, el ejército sublevado, había establecido una posición de gran importancia estratégica. Tras su conquista, el gobierno, renombrará aquel promontorio —oficialmente— como el “Cerro Rojo”. Aunque lo perderán poco después.

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Desfile de la fuerza. Posiblemente la I Brigada Mixta (foto: Albero y Segovia. Archivo Rojo MCU)

Batalla por el Cerro de los Ángeles

La 1ª Brigada Mixta —de la IV División adscrita al Ejército gubernamental— con el comandante Enrique Líster a la cabeza (y Santiago Álvarez Gómez como comisario), rubricó una de sus mejores operaciones en la toma de este Cerro, cercano a Madrid, y sobre el que se habían colocado piezas de artillería con las que hostigaban la capital desde, al menos, el 1 de noviembre de 1936.

El golpe de mano al Cerro de los Ángeles dio comienzo a las 05:00 de la mañana del día 19 de enero, cayendo sorpresivamente desde varios puntos sobre las trincheras y posiciones del promontorio. La operación se llevó a cabo por órdenes directas del propio Líster, que se saltó las indicaciones de sus  mandos directos, los cuales preferían una operación menos arriesgada. Pero su plan funcionó.

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Oficiales de la Primera Brigada Mixta de Líster (foto Albero y Segovia. BNE)

Éxito de Enrique Líster

Según los primeros partes del operativo (hacia las 07:10 de la mañana) todo había sido un éxito. Se tomó numeroso material de guerra (ametralladoras, morteros, munición…) y unos 300 prisioneros —la mayoría del Regimiento nº27 de Argel con base en Cáceres—.

Hay que precisar que, en el caso de los prisioneros, la prensa manejó una horquilla de entre 80 y 400 hombres capturados, sin precisar galones; aunque muchas coincidían en la captura del Jefe de la posición (el comandante Belda), algún oficial más (dos del arma de aviación), tropa y suboficiales sin precisar.

El fracaso de la Brigada Internacional

Pero la toma del Cerro de los Ángeles no había sido tan sencilla como aseguró el “Diario del 5º Regimiento” (Milicia Popular).

En los primeros intentos por conquistarla, remontándonos al 12 de noviembre del 36, aún con el apoyo de la aviación gubernamental, cayeron fulminados cientos de soldados de la recién formada “XII Brigada Internacional” mandada por el comandante Máté Zalka (alias General Lukács), en lo que fue su bautismo de fuego. Los batallones Thälmann, Garibaldi y André Marty, junto a cuatro brigadas del Ejército leal, fueron víctimas de su propia descoordinación, especialmente dentro de las filas de la XII B.I.

Sangre, sudor y lágrimas les había costado aquella posición, que caería nuevamente tras un ataque de un tabor del Grupo Regulares de Larache nº4, en menos de 24 horas.

La “baza” mediática de la toma del “Cerro Rojo”

No obstante, el Gobierno de la República —y más en concreto la Junta de Defensa— se centró en el juego mediático que podría darles la victoria sobre el Cerro y trató de usarla lo más eficientemente posible. Tanto para subir la moral, como para mantener contentos a los comunistas.

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Recorte del diario “Ahora” (JSU) 20 enero 1937

La prensa renombra al Cerro de los Ángeles como el Cerro Rojo” en honor a la URSS (como podemos apreciar en el video realizado por el Ministerio de Propaganda, aquí abajo insertado) y no parecen mencionar estos mismos periodistas, la pérdida inmediata del mismo.

Evidentemente, se trata de un golpe propagandístico bien orquestado, como decimos. La moral del pueblo de Madrid no debía decaer y mucho menos la de la tropa y milicias.

Tarde o temprano este tipo de propaganda se volverá en contra de la República y no serán capaces de discernir entre la verdad y la mentira. Algo que muchos investigadores sufrimos hoy en día cuando repasamos archivos, hemerotecas e incluso diarios personales de aquellos tristes años.

Este video circuló por la mayoría de teatros españoles de las localidades fieles al gobierno, es fácil encontrarlo en las carteleras de los cines publicadas en la prensa de la época, al menos, hasta noviembre de 1937.

Las visitas “institucionales” a los presos del Cerro

Durante el mes de enero de 1937, estando los soldados capturados encarcelados en Madrid (según el artículo sobre esta operación publicado en parquelineal.es estarían repartidos entre varias chekas).Fueron recibiendo visitas de importantes personalidades del momento: Máximo de Dios (Secretariado de la Junta de Defensa), Dolores Ibárruri (diputada comunista conocida como “La Pasionaria”), incluso el General Miaja los hizo formar y les pasó revista.

La Pasionaria los visitaría en más de una ocasión, especialmente al jefe de la posición, el comandante Belda, junto al que (el 30 de enero de 1937) leería un discurso dirigido a las tropas gubernamentales en el frente.

Recorte de “El Sol (Madrid. 1917). 31/1/1937”

Otro que los visitó fue Álvarez del Vayo, Ministro de Estado español (Asuntos Exteriores) para documentarse de primera mano y llevar el caso ante la Sociedad de Naciones. Su intención era la de mostrar al mundo que muchos jóvenes españoles estaban siendo obligados a luchar en contra de su voluntad.

El Juicio a los prisioneros del “Cerro Rojo”

Formación militar a las puertas del Palacio de Justicia de Madrid el 19 de febrero de 1937

El mismo día que comenzaba el juicio, 14 de febrero de 1937, aparecía publicada en el diario “La Voz” una lista detallada de todos los procesados, el número real de prisioneros juzgados no está del todo claro. Así es todo, tanto este listado, como los documentos adjuntos a la colección de fotografías conservadas en la Biblioteca Nacional y en el Ministerio de Cultura (Archivo Rojo) aparece la cifra de 83 militares.

Fotografías del juicio de “Cerro Rojo”

Las fotos de ambas colecciones, realizadas en su mayoría por el fotoperiodista Baldomero Fernández Raigón, definen a la perfección el estado de los soldados capturados. Mucho mejor que si os escribo un párrafo. Os muestro algunas:

Lo que no se aprecia muy bien en las imágenes es que todo el juicio fue emitido en directo por radio. Todas las declaraciones e intervenciones de fiscal, abogado defensor y de los miembros del Tribunal Popular fueron oídas por toda España. En la siguiente imagen (como en la de portada del presente artículo) podemos ver el micrófono de la emisora, justo en el momento en el que el defensor lee parte de su alegato:

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El abogado defensor leyendo ante el micrófono de la radio.

Alegatos de la Fiscalía: más que acusaciones, una defensa más

Durante el juicio se aseguró que todos los sargentos, cabos y soldados eran reemplazos que se habían visto obligados a luchar en las filas sublevadas. Eran gente humilde que se vio forzada a la movilización y a los que “aleccionaron” en contra de la gente que permaneció fiel al gobierno, pero sobre todo contra los comunistas.

En las declaraciones personales, la mayoría, aseguraban pertenecer a sindicados de sus pueblos (Extremadura y Galicia en su mayoría) y que por miedo a ser fusilados, o a que fueran a por sus familias, permanecieron a las órdenes del ejército sublevado.

Según el fiscal, confesaron haber pertenecido a las filas rebeldes, hacer fuego con sus fusiles y haber tomado parte en las acciones de Talavera, Getafe y Usera. Finalizaba una de sus intervenciones, el fiscal, haciendo alusión a los artículos 237 y 238 del Código de Justicia Militar, en el que se recogían sus acciones como de Adhesión a Rebelión Militar pero que al haber sido redactado “por la monarquía” no recogía la voluntariedad del acto.

Alocuciones de la defensa

El abogado defensor, pidiendo siempre la absolución, mantuvo siempre un discurso similar a este durante las vistas del juicio:

Todos ellos, sargentos, cabos y soldados, se entregaron a los brazos de nuestros soldados. La tropa, casi toda socialista, sindicalista o trabajadores del campo no estaban con los rebeldes, sentían la causa del proletariado, de la democracia y odiaban el fascismo (…)

Todos ellos fueron obligados por la fuerza a incorporarse a las filas rebeldes a combatir contra sus hermanos (…) Y no podían escapar porque la pistola de los asesinos que les vigilaban estaba amenazándoles.

El fiscal escuchando al abogado defensor. Foto de Baldomero (BNE)

(…) Los sargentos y los cabos, cuando las tropas leales avanzaban sobre las trincheras facciosas, decían a nuestros soldados: «¡No tiréis, que son nuestros hermanos!»

(…)No son prisioneros. Son liberados de las farras de los facciosos.

(Extraído de la nota de prensa publicada con motivo del final del juicio en el diario La Libertad – Año XIX Número 5278 – 1937 febrero 20 )

El juicio, presidido por un Tribunal Popular, se consideró de vital importancia ya que el fallo serviría para demostrar al mundo cómo hace justicia el Tribunal del pueblo español (cita textual de la causa).

El veredicto final

El presidente del Tribunal dió lectura al veredicto tras un receso al mediodía: Inculpabilidad absoluta. Inmediatamente, tras la lectura del fallo, todos gritaron «¡Viva la República!» con el puño en alto.

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Fotografía del juicio por Baldomero (BNE)

Los soldados tras el juicio

Al finalizar el juicio, siempre según la prensa, muchos de aquellos soldados se alistaron en las filas del Ejército Popular. Otros volvieron a sus pueblos licenciados y algunos pocos, como Jerónimo Gil concedieron entrevistas a diversos medios, en su caso al diario ABC.

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Jerónimo Gil, uno de los soldados capturados en la redacción de ABC para ser entrevistado (25 feb 1937)

La noticia de ABC aseguraba que Jerónimo Gil Carriles, pertenecía a la quinta de 1931, y en agosto del 36 había sido movilizado por los rebeldes a la fuerza. Según contó, cuando fueron sorprendidos en el Cerro, los soldados de Líster no les dispararon sino que, apuntandoles con los fusiles, les invitaron a rendirse pudiendo haberlos masacrado.

El propio Jerónimo se vio agradablemente sorprendido al encontrar entre las filas de la 1BM a tres paisanos de su pueblo (uno de los cuales le acompañó a esa entrevista). También contó que, tras su captura, los soldados “rojos” los trataron fraternalmente y les obsequiaron con cigarrillos, coñac y ropas nuevas. No esperaban ciertamente semejante trato, pues sus mandos no cesaban de pintarles con las más sombrías tintas la crueldad del Ejército del Gobierno, asegurándoles que todos los prisioneros de los rojos eran fusilados tras de sufrir doloroso martirio.

Al preguntarle el entrevistador por el comandante Belda, Jerónimo, aseguró que era muy buena persona y que trataba a sus hombres con cariño y respeto. Fue él mismo el que apartó el fusil que le apuntaba y le dijo: “—Entréguese, mi comandante, que estamos copados”. El comandante se entregó sin resistencia.

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Fotografía general de los encausados por el “cerro Rojo” Foto de Baldomero (BNE)

Fuentes:

  • Hemeroteca de ABC
  • Hemeroteca “La Voz”
  • Hemeroteca diario “Ahora”
  • Hemeroteca “El Sol”
  • Hemeroteca de “Milicia popular : Diario del 5º Regimiento de Milicias Populares”
  • Archivo de la Filmoteca Nacional
  • Archivo Fotográfico de la Delegación de Propaganda “Archivo Rojo”
  • Archivo fotográfico de la Biblioteca Nacional de España
  • web parquelineal.es. “El ataque de Líster al Cerro de los Ángeles: el Cerro Rojo.”

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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