En el siglo XIII, Novgorod era la ciudad más rica de Rusia, desde 1236 reinaba el joven príncipe Alexander Yaroslavich. Los reyes de Suecia llevaban muchos años detrás de las rutas comerciales que controlaba la ciudad eslava.
Novgorod es atacada por los suecos
Las rutas comerciales del río Neva, área vital para el lucrativo comercio de la Liga Hanseática, eran el objetivo de los Suecos. En 1240, cuando se reanudaron las agresiones suecas, Alexander tenía 19 años.
Sin embargo, en ese momento ya tenía experiencia en campañas al haber combatido junto a su padre en numerosas ocasiones.Sabía perfectamente el arte de la guerra, lo que le ayudó a obtener la primera de sus grandes victorias en la desemboca en el Neva (julio de 1240). Por aquella victoria fue apodado Nevski (que quiere decir: Alejandro del Neva).
La Guerra Santa del Norte
Aquella reanudación de las agresiones suecas no fueron por casualidad. En el año 1237 el Papa Gregorio IX había promulgado una bula de Guerra Santa contra los finlandeses, que se habían rebelado contra el catolicismo, y también para convertir a los rusos ortodoxos. Con esta bula, el ejército sueco al mando del yerno del rey de Suecia, Birger Jarl —fundador de la ciudad de Estocolmo— recibió refuerzos de toda europa. Pero no los suficientes.
Mientras tanto, en la República de Novgorod, debido a las maquinaciones de la nobleza, el príncipe Alexander, fue “invitado” a abandonar la ciudad de Novgorod para gobernar en Pereslavl-Zaleski, su ciudad natal.
Algún tiempo después, la Orden Teutónica, apoyándose en la bula papal y viendo las posibilidades y riquezas que ofrecían aquellas zonas occidentales de Rusia, invadió las ciudades de la República de Novgorod de Pskov y Yúriev en nombre de la Guerra Santa.
La mayoría de los caballeros de la Orden eran nobles alemanes y livonios que sometieron en poco tiempo aquella región báltica, según las crónicas rusas: “La población báltica gemía bajo el látigo y el yugo de los guerreros extranjeros”. Los livonios (antepasados de los actuales letones y estonios) se integraron hacia 1237 como refuerzo de la Orden Teutónica, por gracia Papal, dentro de la cual serían conocidos como los Hermanos de la Orden Livona o los Hermanos Livonios de la Espada.
La Orden Teutónica domina el Neva
En poco tiempo controlaban las lucrativas rutas comerciales de Novgorod a lo largo del Neva —aquellas por las que los suecos habían sangrado tanto— y planificaron avanzar más hacia el este. En su avance tomaron varias fortalezas acercándose a poco más de 30 kilómetros de la misma Novgorod.
Sin tener en cuenta los agravios del pasado, Alexander Nevski, regresó a Novgorod por petición de sus habitantes y comenzó una reconquista contra los invasores. Para 1241 reconquistó Pskov y fue devolviendo la mayoría de las posesiones occidentales a los novgorodianos. Pero el enemigo aún era fuerte y la batalla decisiva aún estaba por venir.
La batalla del Lago Helado, 5 de abril de 1242
En la primavera de 1242 un destacamento de reconocimiento que se adelantaba a las fuerzas de Alexander, en dirección a Tartu (Dorpat para la Orden), fue aniquilado por la Orden. La parte sobreviviente del destacamento regresó a Novgorod e informó de lo que había sucedido. Aquella victoria sobre el pequeño destacamento ruso inspiró confianza entre los soldados livonios y alemanes que subestimaron entonces a las fuerzas rusas, creyendo en la posibilidad de su fácil victoria.
La batalla en el lago, que pasó a la historia como la Batalla (o masacre) del Hielo, comenzó la mañana del 5 de abril de 1242. Al amanecer, un pequeño destacamento uniformado con duras cotas de malla formaba en medio del lago. El frente estaban cubiertos por arqueros y entre los hombres de armas que habían acudido se encontraban sus aliados finlandeses, que llevaban un equipo más ligero.
Los Teutones quisieron acabar la batalla muy rápido y cargaron en formación de “V” para hundir la formación rusa. Pero la infantería ruso-finlandesa aguantó la embestida, lo que permitió a Nevski efectuar un movimiento envolvente con su caballería, que permanecía escondida, cayendo sobre los flancos de los teutones. Los caballeros, superados, pronto se dieron a la fuga.
400 caballeros cayeron y 50 fueron tomados prisioneros. La caballería rusa no dejó de hostigarlos en su retirada completando su derrota. A pesar de esto se las arreglaron para escapar el Maestre de la Orden, los comandantes y los obispos.
La victoria de las tropas rusas, bajo el liderazgo del príncipe, sobre los “caballeros-perro” alemanes tiene una importancia histórica clave. La Orden accedió a firmar la paz bajo las condiciones dictadas por los rusos. Los embajadores de la Orden renunciaron a toda incursión en tierras rusas, devolviendo las ciudades capturadas. El movimiento invasor occidental a Rusia fue detenido.
Años después, el papa de Roma Inocencio IV, tras aceptar la derrota al intentar convertir por la fuerza a Rusia, envió en 1251 a dos cardenales para ofrecer a Alejandro Nevski la protección de Roma, pero Alejandro la rechazó. Los límites occidentales de Rusia, establecidos tras la Batalla del Hielo, duraron siglos.
Notas:
*La recreación de la batalla constituye la secuencia principal de la célebre película Alejandro Nevski del director Serguéi Eisenstein.
Fuentes:
Michael C. Paul, Was the Prince of Novgorod a ‘Third-rate bureaucrat’ after 1136?. Jahrbücher für Geschichte Osteuropas
Janet Martin, Medieval Russia, 980-1584, Cambridge: Cambridge University Press, 2007
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