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Don Antonio Barceló, Teniente General por méritos propios

En Barceló, el valor no se presuponía sino que era demostrado en cuanto tenía ocasión.

Sin duda la Marina Española ha tenido muchos grandes marinos que se han batido el cobre en las situaciones más peligrosas pero si hay alguien único es Don Antonio Barceló (coloquialmente conocido en su tierra como El “Capitán Toni”) puesto que, sin pasar por la escuela de Guardiamarinas ni tener la probanza de nobleza y limpieza de sangre que había de acreditarse para ser Oficial de la Real Armada, llegó por méritos propios a Teniente General, un caso como decimos, único.

Armada Antonio Barceló Almirante Teniente General
Retrato de Barceló en el Museo Naval de Madrid (foto de la autora)

En Barceló, el valor no se presuponía sino que era demostrado en cuanto tenía ocasión. Era un intrépido marino, siempre el primero en los peligros, su valentía no disminuyó con su carrera militar. Hoy reproducimos la semblanza que D. Francisco de Paula Pavía hace en La galería biográfica de los Generales de Marina, editada en 1873.

Biografía de Barceló

En las guerras que durante el siglo pasado sustentamos con las potencias berberiscas, y señaladamente con la Regencia de Argel, madriguera y foco de los principales piratas del Mediterráneo, se distinguieron constantemente nuestros oficiales de marina; pero entre todos sobresalió el General D. Antonio Barceló, que de la honrada clase de hombre de mar subió a los primeros puestos de la Armada, legando a la posteridad un nombre ilustre y sin mancilla.

Vamos con el mayor gusto a describir, aunque en bosquejo, la vida y hechos de aquel célebre marino, honra de la España.

Nació D. Antonio Barceló en Palma de Mallorca en 1º de Octubre de 1717; su inclinación a la carrera de la mar, la tuvo desde bien joven, y como muchacho navegó en los buques mallorquines que hacían travesías a las costas de Cataluña; aprendió sólo lo necesario al marinero instruido, que en aquel tiempo era lo que se exigía a nuestros pilotos mercantes de las costas de la Península, y obtuvo el título de tercer piloto de los mares de Europa.

Su primer mando

Apenas contaba 18 años cuando fue nombrado capitán de uno de los jabeques correos entre las Baleares y la Península, con el que persiguió a los moros que infestaban las costas mallorquinas, adquiriendo sobre los enemigos algunas ventajas.

Su nombradía tomó más celebridad a consecuencia de un combate que sostuvo con dos galeotas argelinas, por cuya acción S.M. se dignó nombrarle alférez de fragata graduado el 6 de Noviembre de 1738; siguió con intrepidez y arrojo practicando otros servicios distinguidos, y fue sucesivamente agraciado con el grado de teniente de fragata el 4 de mayo de 1748 y con el de teniente de navío el 4 de Agosto de 1753, y obteniendo por fin, al cabo de multiplicados y distinguidos servicios, y de las heridas recibidas en abordaje contra los buques berberiscos, la efectividad de teniente de navío el 30 de Junio de 1756, y su incorporación en el cuerpo general de la Armada.

Capitán de Fragata y Navío

En 1762, ya ascendido a capitán de fragata, obtuvo el mando de los jabeques reales; y en dicho año, con los tres de su mando, apresó a siete moros en la costa de Cataluña: el 30 de Agosto del mismo año, Barceló, con sólo su jabeque, capturó otro con 33 moros, después de haberle matado 10 en el abordaje.

Al año siguiente, rindió con su jabeque tres argelinos con 160 turcos; en uno de ellos logró hacer prisionero al famoso Selim, célebre capitán de aquellos piratas, y en el abordaje recibió Barceló una herida de bala de fusil que le atravesó el carrillo izquierdo. Siguieron sus proezas y casi diarias acciones contra los moros, y en Julio de 1768 batió y apresó sobre el Peñón de la Gomera un jabeque argelino de 24 cañones, teniendo en el combate diez muertos y 23 heridos.

Armada Antonio Barceló Almirante Teniente General
Barceló rechaza con su jabeque correo a dos galeotas argelinas en 1738, pintura de Ángel Cortellini y Sánchez (1858-1912), Museo Naval, Madrid.

A consecuencia de esta acción, que fue muy celebrada, el Gobierno promovió a Barceló a capitán de navío por Real patente de 16 de Marzo de 1769; con este empleo, y mandando seis jabeques, batió y apresó cuatro de moros en la ensenada de Melilla.

Siguió limpiando el Mediterráneo de piratas, y su nombre se hizo célebre en todos los ángulos de la Península, y con especialidad en los habitantes de las costas de que mar: condujo a Cartagena a 1.600 moros prisioneros y libertó de la esclavitud a muchos cristianos.

Ascenso a Brigadier de la Armada

Adquirió también gran crédito entre los Navias, Romanas y Villenas, mandando el convoy que pasó en 1775 a la conquista de Argel. El Marqués de Campo-Franco que escribió en francés un poema sobre aquel desgraciado suceso, dice que Barceló, haciendo resonar en aquellas costas sus terribles cañonazos, dio la más perfecta idea del celo que le animaba, destruyendo los escuadrones berberiscos.

Y efectivamente fue así; Barceló no sólo protegió el desembarco en las costas de la Regencia, sino que también lo hizo con el reembarco en circunstancias críticas y azarosas; por estos servicios, y en el mismo años de 1775, fue promovido a brigadier.

En 24 de Agosto de 1779 fue nombrado Comandante de las fuerzas navales destinadas al bloqueo de Gibraltar, construyéndose entonces, bajo su dirección, las cañoneras y bombarderas con las que recabó tanta gloria para las armas españolas, recibiendo él también heridas.

Con la misma fecha del 24 de agosto, en que se le acordó el mando, obtuvo su ascenso a Jefe de escuadra, prestando con el nuevo empleo otros hechos de armas que honran al general y al soldado. Tan multiplicadas fatigas y vida tan azarosa, no entibiaban el ardor de Barceló, que, siempre el primero en los peligros, era un modelo de firmeza y lealtad.

Teniente General Barceló

Fue promovido a teniente General por Real título de 13 de agosto de 1783, y obtuvo el mando de una escuadra que aprestó en Cartagena, compuesta de cuatro navíos, cuatro fragatas, 12 jabeques, tres bergantines, tres balandras, cuatro tartanas, cuatro brulotes, un falucho, un canario, 19 lanchas cañoneras, 22 bombarderas y 10 de abordaje: dio ocho ataques a a plaza de Árgel en otros tantos días consecutivos, destruyendo más de 400 casa y causando mucho daño a los argelinos; y hubiera arrasado la ciudad a no hallarse la estación tan adelantada, por cuyo motivo no pudo permanecer más en aquellas aguas; volviendo, sin embargo, al años siguiente con algunas naves que se le agregaron de Malta y Portugal.

Armada Antonio Barceló Almirante Teniente General
Antonio Barceló como Teniente General.

Luego que vieron los argelinos las desgracias que les amenazaban, opusieron todas sus fuerzas para impedir los efectos de la expedición Barceló; pero este General sabía despreciar los peligros y presentó combate al enemigo, sosteniéndolo por espacio de muchas horas. Allí fue donde, exponiendo su vida, hizo prodigios de valor; allí lograron los moros echar a pique el jabeque que montaba el ilustre General, y allí, sin duda, hubiera perecido, a no salvarle su Mayor General D. José Lorenzo de Goicoechea; sin embargo de lo cual, continuó con la mayor intrepidez mandando la acción. Tanta fue, por último, la resistencia de los moros, que, unida a la contrariedad de los vientos, obligaron a Barceló a retirarse por segunda vez a Cartagena, no sin antes haber destruido la mayor parte de los buques enemigos.

Estos nuevos servicios movieron al monarca español a concederle al marino, durante su vida, el sueldo de Teniente General en servicio, a hacerle merced, por Real despacho de 27 de Setiembre de 1784, de la Comandancia General de las fuerzas navales, condecorándolo también con la cruz chica de la Real y distinguida orden española de Carlos III.

Grabado de Barceló en el Almanaque de la Ilustración de 1877

Los oradores y poetas contemporáneos a la época de sus hazañas, hicieron honrosa mención a su nombre, y hasta los extranjeros, no pródigos en alabar a quien no les pertenece por su nacionalidad, mentaban al intrépido marino como un tipo entre los guerreros de su tiempo.

Continuó Barceló en Algeciras mandando las fuerzas de mar y aún las de tierra que bloqueaban a Gibraltar, y en varios encuentros dio pruebas de su valor y extraordinario denuedo.

Últimos días de su vida

Obligado en los últimos días de su vida a huir de las envidias y bajas acusaciones que acompañan siempre al verdadero mérito, se retiró a Mallorca, donde murió el 30 de Enero de 1797, a los 80 años de edad.

Durante su vida, el Rey de España, a quien los triunfos del marino mallorquín tanto entusiasmaban, deseó conocerlo, y a este efecto se le mando comparecer en la corte. D. Antonio Barceló, de resultas de los combates navales, se había quedado sordo, y cuando al presentarse al rey Carlos IV, le preguntó S.M. cómo se encontraba; nada le contestó por no haber oído la pregunta, Advertido el monarca por el Ministro de Marina del defecto que padecía Barceló, le preguntó en tono más fuerte:

—¿Cómo están los berberiscos, Barceló?

—Señor, –contestó éste– temiendo siempre el nombre de Vuestra Majestad

— No, –le replicó el Rey– tu nombre es el que temen y el que hace huir a los corsarios argelinos…

Armada Antonio Barceló Almirante Teniente General
Carlos IV (1790-1791) por Francisco Bayeu (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid).

Tal ha sido la carrera brillante del General D. Antonio Barceló, el cual , sin otro patrimonio que su espada y su valor, subió paso a paso la escala de la milicia, luchando no sólo contra los enemigos de su patria y de sus Reyes, sino contra las animosidades propias de la envidia y malas pasiones, tosco en sus modales, tenía un entendimiento claro y más de lo que parecía a primera vista; de un alma noble y generosa y de un valor a toda prueba; en su rostro llevaba estampadas las muestras de su fidelidad y servicios.

Armada Antonio Barceló Almirante Teniente General
Interior de la Iglesia de Santa Cruz en Mallorca (foto: blog Sta Creu)

Sensible es que los restos de este hombre, por tantos título célebre, estén aún depositados en un modesto nicho de una iglesia (Iglesia de Sta. Cruz) de la ciudad de Palma.

_Carmen García

Oficial de la Armada con patente de corso, en la Reserva. Documentalista.
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