Dicen que era hijo de un príncipe etíope, un vasallo del sultán turco, y que en 1703 fue capturado y enviado al palacio del sultán en Constantinopla. Pero realmente nada de sabe de cómo llegó allí, tenía apenas 7 años cuando los turcos lo esclavizaron junto a su hermano.
Alrededor de 1704, el embajador ruso Savva Raguzinsky, adquirió al joven muchacho en Constantinopla como presente para el Zar que era muy aficionado a todo tipo de rarezas y curiosidades orientales. Así, se lo llevó a Moscú, donde fue bautizado un año después cambiando su nombre musulmán, Ibrahim, por el cristiano Abraham. Apadrinado por Pedro I, en la ortodoxia, Ibrahim recibió el patronímico de Petrovich, pasándose a llamar Abraham Hannibal Petrovich (o Petrov).
El joven Abrahám estaba permanentemente cerca del Zar, dormía en su habitación, lo acompañaba en todos sus viajes, acudía a sus reuniones y solía realizar sesiones de lectura junto a el. Hasta que, en 1714, el mismo Pedro el Grande comienza a darle responsabilidades y le otorga el título de secretario real. En 1716, Abraham recibía un salario de 100 rublos por año.
Fue autorizado por el Zar a que se quedase en Francia a estudiar, recibiendo en Metz enseñanzas en las artes, las ciencias y la guerra. Para entonces, dominaba varios idiomas y destacaba en matemáticas y geometría. Estudio también ingeniería durante casi 2 años para luego ingresar en el ejército francés. Participará en la Guerra de la Cuádruple Alianza contra España. En el transcurso de la contienda sería herido en la cabeza además de ascender al rango de capitán. Regresó a Rusia en 1723, dos años antes de la muerte de su padrino el Zar.
Tras la muerte de Pedro, Abraham adopta el apodo de “Hannibal” (o Aníbal) un nombre que escogió durante la Guerra de la Cuádruple Alianza, en referencia del famoso general cartaginés Aníbal. Pero la corte no confiaba en el y fue enviado al exilio a Siberia en 1727, allí se cree que se estableció en Tomsk en donde se le otorgó una pensión de 10 rublos al mes.
En 1730, Aníbal, fue nombrado jefe de la guarnición de Tobolsk, un poco más hacia el oeste, y en septiembre fue trasladado al Cuerpo de Ingenieros devolviéndole el empleo de capitán, siendo enviado a Pernov (actual Estonia) para enseñar a los soldados matemáticas y dibujo. La vida le volvía a sonreir. En aquellos años se casa, con Evdokia Andréievna (una griega), y poco después fue nombrado Comandante General de Tallín, otorgándosele la mansión de Karjakul y otras propiedades.
Se divorciaría tras tener su primer hijo puesto que nació rubio y con la piel muy blanca, acusando a su mujer de adulterio. Evdokia fue declarada culpable, detenida y encarcelada durante 11 años en condiciones deplorables. Aunque no se supo nunca si fue real el adulterio o le salió el hijo así por genética. Se volvería a casar en 1736.
En 1742, la zarina Isabel I recién llegada al trono y buscando tenerlo como consejero amigo le concedió tierras en Pskov, cerca de San Petersburgo, en donde Aníbal se estableció de forma definitiva construyendo una finca a la que llamó Petrovskoe, en honor de su querido Pedro el Grande.
En 1745, Aníbal fue el encargado de administrar los asuntos relacionados con la delimitación de la frontera con Suecia y en 1752 se convirtió en la máxima autoridad en ingeniería de toda Rusia, dirigiendo la construcción de fortificaciones de la línea Tobol-Ishim, Kronstadt, Riga, San Petersburgo y algunas otras.
En 1755 gestionó la construcción y el mantenimiento del dique y canales de Kronstadt, un complejo sistema que garantizaba la protección de San Petersburgo contra las inundaciones. Allí funda también un hospital para los trabajadores del dique y poco más tarde abre una escuela para los hijos de estos obreros. Kronstadt era la principal base naval de la Flota del Báltico.
Fue galardonado con la Orden de Santa Ana (1748) y la de San Alejandro Nevski (1760). En 1762 se retira con el empleo de Auxiliar de Mariscal de Campo (un grado por debajo de Mariscal de Campo), murió en 1781 siendo enterrado en el cementerio Old Suydin, aunque su tumba está desaparecida.
Aníbal tenía sus memorias escritas en francés, pero las destruyó. De sus hijos llegaron a la edad adulta cuatro (Iván y Peter, Osip, Isaac) y tres hijas (Elizabeth, Anna y Sophia). Su hijo Osip sería el padre la madre del famoso Aleksandr Pushkin, padre de la literatura rusa moderna.
