El combate en el que la Legión demostró de lo que era capaz

La toma del Monte Atlaten

Las operaciones del día 5 de octubre habían dado el gran paso para la futura toma del Gurugú. El día 6 de octubre de 1921, los periódicos abrían con esta noticia:

A las diez de la mañana, y arrollando la obstinada resistencia opuesta por numeroso enemigo en las vertientes del Gurugú y en Atlaten, ha sido éste ocupado por el Tercio de Extranjeros, vanguardia de la brigada Sanjurjo. Sigue el avance de las fuerzas restantes sobre sus objetivos.

A principios de octubre de 1921, las operaciones para la toma de las lomas del Atlaten (inmediaciones de Segangán) estaban en marcha. Se envió un aeroplano para observar la zona y marcar los puntos clave… Con lo que no contaba el Ejército era con otra orden: la que enviaría a un globo aerostático para hacer lo mismo con el terreno.

Preámbulos de la operación

La niebla y el viento hicieron el resto, el avión sesgó con un ala uno de los cables del globo, haciendo que se precipitara sobre el Sebt. No hubo daños personales y la información llegó a tiempo al general Berenguer.

El ministro de la guerra, entonces Juan de la Cierva y Peñafiel, había acordado en despacho con Alfonso XIII la operación en la que participaría la novedosa unidad del Tercio de Extranjeros, que tan buenos resultados estaba dando. El objetivo final era la toma del monte Gurugú, pero había que ir con cautela y con operaciones secundarias, pero todas de vital importancia, como ésta.

La fase final de la operación Atlaten se había iniciado a las 5 de la mañana del día 5 de octubre, llevando el general Sanjurjo su columna y en vanguardia, como fuerza de choque, el Tercio de Extranjeros.

Estaban en la operación el general Berenguer y el general Cabanellas, que mandaron sus columnas a ocupar posiciones estratégicas desde las que dar cobertura -Cabanellas- y dirigir las operaciones -Berenguer.

Estado mayor del general Berenguer en el Sebt

Precisamente sería en la loma del Sebt —donde se estrelló el globo— donde se levantaría el campamento de Berenguer, por supuesto con alguna resistencia enemiga, aunque debido a la climatología (estaba nublado) fallaron las comunicaciones por heliógrafo y no pudo recibir muchas novedades.

Caída sobre el Atlaten

A las 10 de la mañana, sin más dilación, los de Sanjurjo caían sobre la zona del Atlaten con sus hombres y el Tercio.

No era solamente un poblado, era un laberinto de huertas y caseríos dispersos y hubo que atravesar todo ello encontrado siempre resistencia. Cada vivienda era un parapeto, cada montículo tenía un tirador… Había que tomar esa zona, era esencial para organizar la futura toma del Gurugú.

Asalto de una vivienda en la zona de Sebt

Objetivos: tomar el fortín de Atlatén y el poblado de El-Mizzián.

Hubo noticias que aseguraron que la resistencia del fortín estaba mandada por el mismísimo Abd-el-Krim, aunque más tarde se supo que estaba oculto en el poblado minero de San Juan de las Minas (cabila de Beni-Bu-Ifrur), bastante cercano.

Estaba muy bien defendido por desertores de tropas indígenas -especialmente- y por material español (alambradas, vallas, defensas…) que había quedado en el interior del pequeño cuartel. Al Tercio no le importó, simplemente, avanzó.

En cada esquina saltan sobre los soldados rifeños a cuchillo, y a cuchillo son rechazados por los legionarios. En el transcurso de unos minutos se dejaron de escuchar tiros, el enemigo huía del fuerte. Una patada en la puerta, un viva España y el fuerte de Atlatén es tomado por el Tercio.

Fortín de Atlaten rodeado por fuerzas del Tercio

El Tercio se cubre de gloria

La superioridad del ejército español fue total, destacando esa unidad por encima de las otras. Según el propio Berenguer al dar el parte al ministro de la guerra:

(…) señalándose hoy especialmente el Tercio, que al asaltar Atlaten, ha demostrado una vez más su extraordinaria valentía

La zona fue asegurada por la artillería que no dudó en disparar contra las reagrupaciones de tropas huidas de Segangán; entre las cuales se distinguían muchos desertores de la Policía Indígena en la distancia.

Asegurando la Zona

Tras asegurar el terreno, el Batallón de Ferrocarriles, se dispuso a reparar los destrozos ocasionados por los rebeldes que habían desmontado la línea férrea y volado la estación de Segangán.

También se procedió a la reconstrucción, por parte del RING, y saneamiento de zonas cercanas que habían sido también vandalizadas también por los rebeldes.

Regimiento de Ferrocalies reparando la estación de Segangán (línea Nador-Zeluán)
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