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La leyenda del invencible Bernardo del Carpio, el vencedor de Roncesvalles

Una de nuestras grandes, y desconocidas, historias

Sobre si existió realmente Bernardo del Carpio o es solamente un personaje legendario hay muchas teorías. Uno de los principales problemas para certificar su existencia es su mismo nacimiento, pues se dice que era hijo ilegitimo, un bastardo, de la hermana del rey de Asturias Alfonso II, de nombre Jimena, con el conde de Saldaña, Sancho Díaz.

Batalla Roncesvalles
Extracto del libro que en 1585 le dedica Augustin Alonso

¿Leyenda o Realidad?

Certifican su existencia las crónicas de la Batalla de Roncesvalles (agosto de 778), donde aseguran que Bernardo del Carpio estaba al frente de un ejército de vascones y soldados del Emirato de Córdoba —según algunos apuntes—, que narran la derrota del ejército de Carlomagno, mandando por su sobrino Roldán. Batalla en la que los hispanos mataron a los doce pares de Francia, además de hacer numerosos prisioneros. Si es Leyenda o realidad, es algo que forma parte de nuestra gran, y desconocida, Historia.

Bernardo del Carpio roncesvalles
Batalla de Roncesvalles en 778. Muerte de Roldán, en las Grandes Crónicas de Francia, ilustradas por Jean Fouquet, Tours, hacia 1455-1460, BNF.

Su espada

Por cierto, como buen personaje de leyenda medieval su espada tenía nombre, era “Durandarte (o Durandal), se la había quitado al mismísimo Roldán. Aquella con la que el franco partió una montaña. A Tolkien le hubiera encantado ese nombre.

Bernardo del Carpio
Recreación actual de la espada de Roldán

Bernardo y el rey Alfonso

Profundizando en lo que se cuenta sobre él, dicen que el rey Alfonso ordenó que se encerrara a Sancho Díaz (su padre) y también que su hermana fuera ingresada en una orden monástica, acogiendo a Bernardo en su corte como si fuera su hijo. Bernardo fue educado como caballero y recibió el mejor adiestramiento de la época en las artes de la guerra. Dicen que ningún soldado podía igualarle en fuerza, decisión y vigor.

Eran los tiempos de Carlo Magno como emperador romano, tiempos en los que había expulsado ya a los Omeya de Burgundia (Borgoña) y la Galia. Luego, cruzando los Pirineos, intentaba poner bajo su dominio la zona que poco a poco se convertiría en la Marca Hispánica.

Batalla Roncesvalles
Imagen de Bernardo en su juventud (Grabado del siglo XIX)

Entonces Carlo exigió al rey Alfonso vasallaje bajo amenaza. Bernardo, que pertenecía a la guardia personal del Rey, al enterarse, organizó un ejército de hispanos, cristianos y musulmanes, para hacer frente a los francos. Todo ocurrió a espaldas del rey Alfonso, sencillamente los caballeros astures no estaban dispuestos a rendir pleitesía a un extranjero. Así nos cuenta esa parte el romance de Bernardo:

Siglos ha que con gran saña,
Por esa negra montaña

Asomó un emperador.
Era francés, y el vestido
Formaba un hermoso juego:

Capa de color de fuego
Y plumas de azul color.
Y pedía, la corona de León.
Bernardo, el del Carpio, un día
Con la gente que traía,
“¡Ven por ella!”, le gritó.

Se cuenta que en el ejército que partió para hacer frente a las tropas imperiales —que venían a tomar vasallaje al rey de Asturias — estaba compuesta básicamente por Marsil, gobernador musulmán de Zaragoza, y sus soldados junto a Bernardo del Carpio al mando de unos pocos cientos de navarros.

batalla roncesvalles bernardo
Grabado del siglo XIX de H. Vogel “Battle in the Valley of Roncesvalles,”

La Batalla de Roncesvalles

Ese choque de fuerzas será conocido como La Batalla de Roncesvalles. Allí, Bernardo del Carpio, sobrino de Alfonso II, rey de Asturias, venció a Roldán, sobrino de Carlomagno. Ojo, como vendo diciendo desde el principio: esto es lo que nos cuentan los cantares.

Aquella fue una de las grandes batallas de la península y una de las más legendarias de la Edad Media. Casi todo lo ocurrido en aquellos siglos ha llegado a nuestros días difuminado entre la historia y la imaginación, bien es cierto que las leyendas no son hechos históricos, mientras no se demuestre lo contrario, aún así la historia de Bernardo del Carpio es digna de contarse, sea o no sea real.

Cervantes no se olvida de Bernardo en su Quijote:

(…) como es cosa ya averiguada que todos o los más caballeros andantes y famosos, uno tenga gracia de no poder ser encantado, otro de ser de tan impenetrables carnes,

que no pueda ser herido, como lo fue el famoso Roldán, uno de los Doce Pares de Francia, de quien se cuenta que no podía ser ferido sino por la planta del pie izquierdo, y que esto había de ser con la punta de un alfiler gordo,

Quijore por Paul Gustave Doré

y no con otra suerte de arma alguna, y así, cuando Bernardo del Carpio le mató en Roncesvalles, viendo que no le podía llagar con fierro, le levantó del suelo entre los brazos, y le ahogó, acordándose entonces de la muerte que dio Hércules a Anteón.

Hay que saber también que, tras la famosa batalla, la historia de Bernardo prosigue. Al parecer se entera de que sus padres viven y están cautivos y pide al Rey que los libere. No consiguiéndolo ni de rodillas abandona el Reino junto a sus más fieles soldados y es contratado por el Rey Marsil de Zaragoza… curiosamente idéntica historia a la Cid, aunque unos siglos antes. Así, nos encontramos a las huestes de Bernardo realizando incursiones en el reino de Asturias, el historiador del siglo XVI Juan de Mariana recopiló aquellos ecos de esta forma:

Extracto del texto de Juan de Mariana sobre Juan de Mariana.

En resumen: “hacía cabalgadas por tierras del rey, robaba, saqueaba y talaba ganados y campos”. Hasta que el rey accedió a lo que solicitaba, liberó a sus padres. Lo malo es que para cuando los liberó, el padre de Bernardo ya había fallecido en las mazmorras y su madre estaba muy enferma. Aunque el gesto le valió para que nuestro héroe volviera a formar parte del ejército del Rey de Asturias.

La tumba de Bernardo del Carpio

Se dice, se cuenta, se rumorea… que los restos de nuestro héroe reposan en una cueva en la localidad palentina de Aguilar de Campoo. Ya les gustaría a los ingleses que, aunque fueran “supuestos restos”, tuvieran algo parecido con cualquiera de sus héroes míticos, sea Arturo o Lanzarote del Lago… Nosotros lo tenemos.

La cueva está en la falda meridional de la Peña Longa, lugar cercano al monasterio de Santa María la Real. Cuenta la leyenda que fue un caballero ligado a la fundación del citado monasterio el que encontró la gruta. En los alrededores también encontró dos pequeñas ermitas que guardaban numerosísimas reliquias santas (incluyendo algunas de San Pedro, San Juan Bautista o San Pablo Apóstol).

Aún es posible ver hoy una desvencijada y maltratada lápida de un sepulcro. Su inscripción no es muy legible pero el cronista fray Antonio Sánchez, que la debió ver cuando se encontraba en buen estado transcribió:

Aquí yace sepultado el noble y esforzado cavallero Bernardo del Carpio defensor de España hijo de don Sancho Diaz conde de Saldaña í dela ínfanta doña Xímena hija del rey don Alonso el  II  llamado el Casto. Murió por los años de 850.

Cuando la leyenda se mezcla con la realidad

Lo cierto es que hay partes de su historia que se entremezclan con la leyenda y partes que pertenecen a la realidad. Bernardo y Roldán fueron héroes, sin duda, legendarios y con los que ambas naciones se identificaron. Los futuros españoles y los futuros franceses. Símbolo y señal inequívoca de las relaciones entre ambos países desde aquellos tiempos.

No se nos olvide mencionar que cuando el futuro Carlos I llegó a la península en 1517, desembarcó en Asturias, y continuó su viaje pasando por Aguilar de Campoo en donde se abrió la tumba del caballero asturiano para entregar su espada al futuro emperador, la famosa “Durandarte”, aquella quebradora de montañas que empuñó también . ¿Sería o no esa espada de la historia? Tampoco lo sabremos, lo que sí sabemos es que este echo ocurrió y es muestra de la importancia que tenía el vencedor de Roncesvalles 7 siglos después.

No olvidemos nunca que ingleses y franceses han escrito la historia obviando sus derrotas, y por supuesto a quienes los derrotaron. La “chanson de Roland” eleva a epopeya la historia, pero obvia a Bernardo; y así seguirá siendo en los siguientes relatos que hablen de la batalla. Súmenle a esto la difusión de la leyenda negra y obtenemos el resultado de hoy en día, aunque poco a poco nos vamos despertando. En cuanto a los lazos de Bernardo con la historia real, se dice que de su descendencia se fundó la casa de los Castro, unos de los grandes señores del norte.

Bernardo del Carpio
Medallón con la efigie de Bernardo del Carpio, en el Pabellón de San Martín, Plaza Mayor de Salamanca (España).

Recordad esto cuando veáis un francés: ¡Mala la hubisteis, franceses, En esa de Roncesvalles!

La capa color de fuego
Rota y sin plumaje azul
Bernardo, el del Carpio,
Torna a casa tras la guerra
Y al poner el pie en su tierra
Lo alcanza la multitud.

¡Qué de alegrías!
En verlas gozarás tú.
Hubo fiestas muchos días,
Tamboriles, chirimías,
Y canciones a Jesús.

De entonces suena en los valles
Y dicen los montañeses:
¡Mala la hubisteis, franceses,
En esa de Roncesvalles!

Fuentes:

GONZÁLEZ GARCÍA, VICENTE J. “Bernardo del Carpio y la batalla de Roncesvalles”

Web Santa María la Real

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.

3 comentarios

  1. .”…se cuenta que no podía ser ferido sino por la planta del pie izquierdo…” Aquí se plasma la figura de Aquiles…, que no es otra cosa que un referente filosófico: “Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el talón.

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